miércoles, 18 de abril de 2012

Ave, Vespasiano


“¡SIENTO que llego a ser dios!”, decía con sorna Vespasiano burlándose de los honores divinos de sus predecesores. Hijo de recaudador de impuestos, trabajador y burgués, aupado por el ejército de Oriente para acabar con la decadencia de Roma, derogó la ley de majestad que enaltecía al emperador y puso en orden las cuentas del Imperio. Vespasiano, de la dinastía de los Flavios, fue el sucesor de Nerón, quien se quitó la vida tras la proclamar su célebre frase “¡conmigo muere un gran artista!” Y he aquí que, tras escuchar a Alberto Fabra en la APD, tenemos licencia para pensar que al frente de la Comunidad haya al fin un Vespasiano que aporte equilibrio y prudencia. Así lo creen los empresarios. ¿Por qué no un sector del PP?
En la otra orilla, la del PSPV, el nombre que inspira más confianza a la economía es el de Ximo Puig, un político conocido, dispuesto a liderar la renovación sin el condicionante de convertirse en cartel electoral y, sobre todo, alguien distinto a Alarte, que ha fracasado en dos frentes clave desde el punto de vista empresarial: no ha sabido transmitir un proyecto de Comunidad a largo plazo y no ha ejercido, porque no le han dejado o porque no ha querido, de puente en sus reivindicaciones con Madrid.
Los pasos a dar están claros. El más inmediato: asegurar una buena tajada de los 20.000 millones del pastel para proveedores de las administraciones autonómicas. El 10% no da ni para un tercio de lo que se debe, de modo que se avecinan semanas a prueba de buenos gestores-negociadores-¿desenterradores? Y Bankia, que no se olvide del crédito-puente que prometieron Rato y Verdú a los empresarios en la Puerta de Europa de Madrid. Que ya, ya puede empezar a ponerlo en marcha.
Mejor eso que perderse en la enredadera del informe de auditoría del Banco de Valencia. Un día después de que Bancaja aprobara plantar cara, el sindicato CCOO, el mismo que ayudó a Rato a desbancar a Blesa de la presidencia de Caja Madrid, lanzó un comunicado bajo el significativo título de “¡Basta ya!” en el que calificó de “inadmisible” la actitud del consejo de la caja valenciana, pidió la dimisión de Olivas y proclamó: “No al troceamiento de Bankia”. ¿Troceamiento? ¿Es que Bancaja se puede desgajar de Bankia? “Si no es directamente, sí mediante venta de activos”, me explica el secretario general de Comfia-Bankia. A eso lo llamo un toque de atención.
En fin, siempre nos quedarán los inversores de Rusia que quieran comprar cosas en esta tierra del Vespasiano Fabra. En Exteriores sopesan ya el nombre que se ha puesto sobre la mesa para ejercer de delegado del país de Putin en la región. Alguien trabajador y entusiasta. Ramón Congost.

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