jueves, 10 de octubre de 2013

Para confiar

ES QUE TODO se reduce a una cuestión de confianza. La futura Fundación Bancaja, hablemos del asunto. Empapelada la fachada con 600 folios de informes del Banco de España que han aflorado gracias al caso Bankia, y que nos muestran a unos gestores e inspectores que o no vieron (los hechos se documentaron hace cinco años), o no reconocieron. Es un problema de confianza, digo. A ver: Si no ocupan el patronato de la nueva Fundación Bancaja los políticos, o sus desinados, quién debe hacerlo en su lugar. ¿De quién fiarse? Primera reflexión en profundidad de esa sociedad civil que esperamos como a Godot y que nunca llega. ¿Cuáles son sus referentes? ¿En qué personalidades e instituciones se refleja? Hay que revisar el tema. Pero en serio ya, no estas cosas que se hacen per a ofrenar... de fondo. Te topas con el juego político local, con la frivolité de unas Cortes en perpetuo estado de contemplación, mientras afuera la economía sobrevive a mordisco puro, y le vuelve a la mente George Steiner: «El símbolo de nuestra era es la conservación de un bosquecillo querido por Goethe dentro de un campo de concentración».
No se nombra al nuevo patronato de la Fundación Bancaja por razones políticas. Pero dígame quién debe ocupar los sillones, en quién está pensando la sociedad civil, que ya es hora de que piense por sí sola. Zafado Serafín Castellano de su asunto judicial, le ha puesto sobre la mesa al PSPV la reforma de la ley electoral, que reducirá el número de diputados. Y algunas cosas más. O es que Ximo Puig quiere que le regale la mitad del patronato de la fundación sin el preceptivo apoyo a lo que hay. Es el tema-trampa. Un pacto asimétrico PP-PSPV, que es como se arreglan aquí las cosas toda la vida.
Cuando esté listo el enjuague se pondrá fin a la trayectoria de Aurelio Izquierdo en la casa. Así se hará. Y con la indemnización millonaria que firmó en su día (salvo el plan de pensiones). A la pregunta de cuál ha sido su papel en la fundación, la respuesta es que alguien tenía que mantener el control de la información de Bancaja en los cajones. Con permiso del ex presidente-presidente Mas Millet. De lo que hay allí puede depender la suerte de imputados del caso Bankia, y ni es juicioso dejarla en manos de la entidad de José Ignacio Goirigolzarri, ni ésta tiene demasiado interés en meterse en más charcos.

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