jueves, 14 de junio de 2012

Sube la tensión

¿EN QUÉ estaba pensando una caja de ahorros gobernada por políticos, como Bancaja, y su filial Banco de Valencia, al crear sociedades en Holanda para eludir el pago de impuestos? «Cuando entramos en el negocio, las empresas ya existían, incluso la estructura del edificio en primera línea de Cancún; por lo visto, a los socios mexicanos les gusta que les paguen a través de compañías holandesas bajo la forma BV»... ¿Cómo dice?
El Frob cumple su palabra al elevar a la Audiencia Nacional su temido informe pericial. Y la tensión ha subido de forma brutal. Ya lo avisamos: los apellidos valencianos iban a pasar por la mesa de los administradores (no ellos en persona, claro, sino sus empresas), y así ha sido. ¡Naturalmente que me creo que un comensal de la arrocería Pilsener estuviera a punto de liarse a tortas con un ex ejecutivo de banca local, con él!
El concurso de acreedores de Cleop es todo un aviso para navegantes. ¿Se reconocen en este esquema?: Carlos Turró decía que su deuda estaba en manos de CAM, Bankia y Banco de Valencia. Los otros amigos, hoy fríos liquidadores. ¿Si cae Cleop, a cuántos les aguarda la guillotina? Como para encima aparecer en el informe del Frob. Ya hemos proporcionado algunos apellidos: sólo en la aventura holandesa aparecen el omnipresente Ortiz o el sorprendente empresario balear del ocio y ex dueño del RCD Mallorca, Bartolomé Cursach, un amigo de Matas que alardeó durante años de ser el hombre del Banco de Valencia en la isla. Y luego están los que se asociaron en los negocios inmobiliarios de Parra y Aurelio Izquierdo, ex director general de Bancaja. Y el asunto de Aguas de Valencia, cuyo presidente, Eugenio Calabuig, teme una inminente llamada del Frob para pedir la ruptura de la sociedad conjunta (¿podrá el Frob, ayudado por Broseta Abogados, con Garrigues?). Y los que aún faltan por salir. Un avance: Curiosos los socios escogidos por un empresario emergente, casi desconocido, después de quedarse el bajo de un fantástico edificio en Barcelona. Y así.
¿Se midió en condiciones de igualdad a todos cuantos acudieron a pedir crédito? ¿Hubo un banco paralelo? Todo se sabrá. Esta es la información que interesa a los pequeños accionistas que no se salieron a tiempo del Banco de Valencia, compraron a 3,75 los títulos de Bankia o se quedaron con las participaciones preferentes y ven cómo ahora Goirigolzarri amnistía a los que cometieron el mismo error en Caja Madrid.

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